jueves, 3 de junio de 2010

¿Qué es la arqueología submarina?

Queridos seguidores de Hyperborea Existe, tal como os dije la semana pasada estoy muy ocupado estos días por el norte de Europa, por suerte contamos con conexiones por satélite e Internet nunca falta, es una bendición poder mantener esta ventana al resto del mundo siempre abierta. Esta semana quería profundizar un poco más sobre que es la arqueología submarina, mi especialidad, para que entendáis mejor el tipo de trabajo de campo que llevo a cabo. Así que voy a daros una explicación al uso sobre esta especialización.

En la arqueología submarina o marina aprendemos sobre el pasado mediante medios marítimos, normalmente restos de barcos hundidos, pero también de ruinas y puertos. A lo largo de las costas de todo el mundo hay miles de barcos que se han hundido a lo largo de los siglos. Estos navíos reposan en el fondo del mar convirtiéndose para nosotros en vínculos con el pasado.

Buzo investigando los restos del Angra C en aguas del Atlántico cerca de las islas Azores (Foto de Paulo Monteiro). Al igual que sucede con la arqueología terrestre, en la submarina es preciso realizar cuadrantes de toda la zona a investigar para facilitar la localización de restos de interés.
Sin ir más lejos, las frías aguas del mar Báltico en el norte de Europa tiene una colección única de restos bien preservados del pasado, y muchos de ellos aún no han sido localizados. Algunos ejemplos de la arqueología submarina nórdica son las excavaciones de Vasa, Kronan y la de East Indiaman Götheborg. Esos barcos son impresionantes, pero tan solo son partes del entorno cultural marítimo. En este ambiente cultural también podemos incluir antiguos puertos, muelles, posadas costeras, barreras y asentamientos costeros. Todo esto tanto en tierra firme, y seca, como bajo el auga. Además, la arqueología submarina no siempre tiene que estar presente con los restos submarinos de barcos aunque sea el principal motivo de trabajo de los arqueólogos buceadores.


La especialidad de la arqueología subacuática se consolida en la década de 1960, pero tiene su origen mucho antes con la aparición de diferentes sistemas para conseguir rescatar el cargamento de navíos hundidos. Los problemas asociados a la carrera por las Indias implicó que desde el siglo XVI se idearan fórmulas para solucionar el problema del rescate de barcos hundidos (partes estructurales y cargamento). En el cumplimiento de este fin no siempre fueron útiles por si solos los sistemas tradicionales de buceo de la época, sino que en muchas ocasiones se necesitaron utilizar de forma combinada con sistemas de mayor alcance, esto hacia que el buceo con este fin fuera una actividad complementaria a otros trabajos que se desarrollaban desde la superficie. Ejemplo de ello fueron los trabajos de levantamientos y rescate de restos de náufragos de  Pedro de Ledesma (1623) o la máquina de rescate de navíos hundidos de Jorge Bosch (1778).


Buzos dirigiéndose al Vrouw Maria en aguas de Finlandia, ilustración de Anders Vikhdal.
Pero no fue hasta la llegada de la escafandra en el siglo XIX que se establece un precedente importantísimo para el desarrollo de la arqueología submarina, al abrir las puertas de mares y ríos a un mayor número de personas que, lejos de utilizar este avance tecnológico con fines recreativos empiezan a descubrir los innumerables secretos históricos que albergan las aguas. Ya después de las dos grandes guerras mundiales, con la aparición de los submarinos y equipos de buceo menos pesados, fue cuando se terminó de afianzar lo necesario para poder sentar con firmeza las bases de la arqueología submarina.


Fue en 1960 cuando por fin se establecen los primeros principios de la arqueología submarina. A finales de 1950 Peter Throckmorton descubrió un pecio en el cabo Kelidonia, al sur de Anatolia. Este constituye el primer yacimiento trabajado con metodología arqueológica, dado que el equipo de intervención estaba constituido por buzos y arqueólogos: Geroge Bass y Honor Frost. En el momento de su excavación, se trataba del pecio más antiguo encontrado a la fecha: un barco fenicio del siglo XIII A.C. El cargamento estaba constituido por lingotes de bronce del tipo "cuero de buey" junto a los cuales se encontraron otros mal formados y se pudo registrar el sistema de estiba (especie de cama vegetal para evitar que el roce del cargamento perjudicara la estructura del barco).


El Vasa, pecio correspondiente a un buque de línea sueco (1628), tuvo trabajos de excavación y recuperación en 1961. Al Vasa hay que sumarle los pecios vikingos de Roskilde (1962), los primeros barcos vikingos, cinco en total, correspondientes al siglo XI. Estos barcos constituyen los primeros intentos de recuperar y conservar un bien histórico saturado en agua con el fin de tener información sobre técnicas constructivas y vida a bordo. El Vasa se trató con baños de polietilenglicol durante 18 años y luego se hizo un museo muy cerca del lugar de su naufragio, que es donde se encuentra la estructura del barco y todo el material que se encontró en la excavación. Los pecios vikingos contaron con procedimientos similares y con su posterior traslado a museos.


Los trabajos de George Bass en el mediterráneo oriental se convierten en la cantera de formación de futuros profesionales que posteriormente dirigirán sus excavaciones en otros puntos geográficos. Podemos decir que es el padre de la arqueología submarina moderna y un referente para todos los que nos hemos especializado en la misma. Gracias a el se desarrollan e incorporan nuevas técnicas propias o procedentes de otras disciplinas, para la localización y registro de sitios arqueológicos bajo el agua (como la fotografía, el vídeo referenciado por fotogrametría, la teledetección, etc.).


Así mismo, aumentan las publicaciones especializadas en el área. Al hoy ya clásico libro de Underwater Archaeology de George Bass (1966), le han seguido otros compendios que han recogido y actualizado información histórica y nuevas técnicas sobre la base de una lista cada vez mayor de número de sitios estudiados. El creciente interés por el patromonio sumergido empieza a generar demandas de los cada vez más numerosos profesionales abocados a su estudio y preservación. 


En el 2º Congreso Internacional de Arqueología Submarina celebrado en Albenga, se establece por primera vez la necesidad de cumplir con los siguientes aspectos:



  • Crear un comité permanente que coordinase la realización de una carta arqueológica del mediterráneo.
  • Dotar a la arqueología submarina de los medios técnicos y humanos para su desarrollo.
  • Crear centros donde se experimentasen tratamientos para el material saturado en agua extraído de las excavaciones.
En la actualidad, la arqueología submarina ha avanzado a pasos agigantados gracias a todas las innovaciones tecnológicas de las últimas décadas. Excavaciones que eran impensables en el pasado debido a su profunidad ahora son posibles gracias al uso de equipos avanzados de buceo, de los mini submarinos y como no, de los imprescindibles robots submarinos que permiten trabajar a distancia en profundidades imposibles para un buzo. El uso de sonar, radares y sistemas de telemetría láser avanzados permiten localizar restos que antes serían imposibles de encontrar.

Minisumergible desde fuera (INA).Un buzo sostiene un resto recuperado en un pecio frente al mini sumergible de apoyo.
Aparte, las iniciativas privadas han dado un impulso muy importante a la arqueología submarina ya que sus avances y técnicas están siendo aprovechadas por empresas de telecomunicaciones (los famosos cables submarinos) o energéticas y de prospección submarina. Al igual que sucede con los centros históricos de ciudades con gran antigüedad en las que cualquier obra puede revelar restos arqueológicos. Bajo el mar sucede que cuando se realiza un trabajo de prospección o de cableado existe la posibilidad de toparse con un tesoro oculto para la arqueología submarina en forma de pecio hundido o aún mejor, ruinas de una civilización perdida en el tiempo...

Con esto termino la actualización de esta semana de Hyperborea Existe, como siempre agradecer el apoyo demostrado en la página de Facebook, ya sois más de 300 los que os habéis declarados admiradores y es algo que, a pesar de la distancia que me separa ahora mismo de España, me llena de satisfacción y orgullo. 



Nota: Parte de los datos e información de este artículos podéis encontrarlos en la base de datos de 'SSDF diving committee' y en la Wikipedia.



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