martes, 9 de octubre de 2012

Renaciendo de las cenizas

Ilustración mitológica del Ave Fénix
Queridos seguidores de Hyperborea Existe, antes de nada necesito pediros disculpas. Disculpas por este periodo sin actualizar, sin dar apenas señales de vida. Como ya sabéis ha sido un verano muy duro, el peor en años. El desastre del mes de junio, en el que nuestra petición de fondos para poder finalizar nuestra investigación y expedición al fondo del Atlántico, fue rechazada y tildada de locura nos ha afectado severamente.

Por primera vez en diez años, no hemos podido hacernos a la mar en la temporada de verano para proseguir nuestras prospecciones. Teníamos todo planificado para poder empezar con la búsqueda activa del lugar donde creemos fervientemente que se encontró, hace decenas de miles de años, la cuna de la civilización de Hyperborea. En vez de eso, hemos tenido que cancelarlo todo y esconder la cabeza ante la presión y crítica de toda la comunidad científica.

Ha sido duro, una situación profesional y personal que no deseo a nadie. Pero no es excusa. No justifica el abandono al que os he sometido. Vosotros, los que nos habéis apoyado de forma incondicional, siguiendo nuestras actualizaciones y soñando por conseguir que la verdad vea la luz. No os merecéis que no volviera a escribir, que no os contara los pasos que hemos estado dando.

La verdad es que me gustaría daros buenas noticias. Pero me temo que no es así. En estos meses, tras lograr recomponernos moralmente, gracias al amor y cariño de nuestras familias y amigos, nos hemos dedicado a buscar financiación. No os imagináis la de reuniones y viajes que he realizado buscando inversores, fondos de capital de riesgo, pero todos nos han cerrado las puertas. El descrédito sufrido en Oslo es una losa muy pesada con la que cargar.

Una de las nuevas opciones que estamos barajando es optar por el crowdfunding. Estamos mirando seriamente la opción de crear un proyecto en Kickstarter.com, pero nos echa atrás la dificultad de conseguir una cantidad mínima suficiente con la que lograr un avance notable. Es por ello que estamos trabajando para conseguir reducir costes y maximizar la eficiencia para poder alcanzar nuestro objetivo con una cifra más asequible. En concreto, estamos intentando reducir el presupuesto inicial de 20 millones de dólares, en no más de 2 millones de dólares. Aún así, sigue siendo una fortuna y estamos rebanándonos los sesos en ver que tipo de recompensas podríamos ofrecer a los que invirtieran en nuestra expedición.


Con ese dinero, podríamos alquilar durante dos semanas el equipo y personal necesarios para ir hasta la localización donde creemos se encontró Hyperborea. Tendríamos entonces un plazo de tiempo muy corto para conseguir nuevas pruebas contundentes con las que convencer a la comunidad internacional. Pero si lo lográramos, estoy convencido de que no faltarían inversores y medios para apoyar el que estoy convencido que será el mayor hallazgo arqueológico de la humanidad.

Seguidores de Hyperorea Existe, no nos rendimos, mientras sigáis apoyándonos, la llama se mantedrá prendida. Renaceremos de nuestras cenizas y desvelaremos la verdad sobre Hyperborea. Cueste lo que cueste. Os lo prometo.

sábado, 14 de julio de 2012

La saga de 'La Marca de Odín' está basada en mi investigación de Hyperborea

Queridos seguidores de Hyperborea Existe. Llevo semanas de mutismo. El varapalo sufrido por el rechazo de nuestra petición de fondos ha sido muy duro. Pero no todo podían ser malas noticias. Hoy tengo el placer de anunciaros que mi amigo, Xavier Marcé, responsable de que creara este blog, acaba de publicar 'La Marca de Odín: El despertar', la primera entrega de su saga de ficción fantástica en la que mezcla la realidad más actual con un trasfondo de mitología nórdica y ciencia ficción.

Ilustración de portada de La Marca de Odín: El despertar realizada por Michael Komark, autor de portadas de Juego de Tronos, Los Vengadores de Marvel entre otras.


Bien, quiero confirmaros que en la parte de ese trasfondo de la mitología nórdica, Xavier Marcé me pidió si podía fundamentarla en base a mi investigación sobre Hyperborea. Esa petición fue hecha hace ya años. He de reconocer que al principio fui reticente, pero cuanto más vueltas le daba, más me gustaba. Finalmente accedí y le di acceso a mi trabajo, datos, muestras e hipótesis. Solo el impuse una condición, no podría publicar el libro hasta que no hubiésemos presentado nuestra investigación al parlamento noruego.

No puedo desgranaros el argumento del libro y que parte exactamente está basada en mis investigaciones, para eso lo tendréis que leer. Tan solo os puedo decir que su lectura me ha encantado y que la visión que ha tenido Xavier para unir mundos tan distantes como la actualidad, la ciencia ficción y la arqueología me ha parecido fascinante.

Quiero comentaros que el proyecto en sí es muy ambicioso. Además del libro, Xavier ha lanzado una comunidad online con la que estrena un modelo de negocio muy innovador. Por ejemplo, al comprar el libro en papel os regala el digital, y al comprar el digital os da 5€ de descuento del papel. Todas las ediciones llevan una clave única con la que registraros. Según me ha dicho, en la comunidad online habrán descripciones extendidas de personajes, localizaciones, etc.. capítulos enteros gratis entre libro y libro... ilustraciones.. y hasta un sistema de logros con el que ganar regalos a cambio de ser activos!!

Por si esto fuera poco, el lanzamiento ha ido precedido de un espectacular video que comparto con vosotros:


Además, la saga cuenta con su propia banda sonora compuesta por un patriota mio, Knut Avenstroup Haugen, compositor de la banda sonora de Age of Conan: Hyborian Adventures, el juego multijugador masivo de la empresa Funcom basado en Conan el Bárbaro. Os dejo el tema principal para que podáis escucharlo:



No quiero extenderme más, pero estoy realmente entusiasmado de que a pesar de todas las noticias negativas que hay hoy en día, haya gente que luche y consiga hacer realidad sus sueños. Gente así son el referente que necesitamos y que me empujan  a no rendirme. Conseguiremos los fondos y demostraremos que Hyperborea existió realmente. Sus ruinas están ahí, esperando, en el fondo del Atlántico...

Podéis tener más información sobre este libro e, incluso comprarlo, cosa que os recomiendo en su página web.

sábado, 16 de junio de 2012

Hyperborea no será enterrada de nuevo

Queridos seguidores de Hyperborea Existe. Disculpadme, perdonad este retraso en daros mi versión de los hechos. Llevo dos días intentando escribir, pero las palabras no salían, mis dedos no obedecían. Hoy por fin, tras dos días tras lo sucedido en Oslo, me veo con fuerzas para contaros lo sucedido. Nos han negado los fondos que necesitábamos para dar el paso final en nuestra investigación y demostrar que Hyperborea existió realmente.

Debo seros sincero, en ningún momento nos esperábamos un mazazo tan grande. Estábamos muy seguros de nosotros mismos y de la solidez de las pruebas. Creo que puedo afirmar que mi exposición fue apasionada y concienzuda. No dejé ningún cabo suelto. Hice una crónica de todas nuestras investigaciones de los últimos diez años. Presentamos las pruebas físicas, los estudios que habíamos realizado, todo. Aún así, la Comisión de Ciencia e Investigación del Parlamento Noruego se mostró escéptica en todo momento.

El momento cumbre de mi exposición fue la revelación del funcionamiento del Disco Draupnir. Realmente, se trata de una especie de brújula, un sistema de navegación que permite introducir coordenadas para llegar a cualquier lugar. Una vez que comprendimos su naturaleza, nos fue posible empezar a probar diferentes combinaciones que nos dirigían a diferentes localizaciones del hemisferio norte. Una de ellas, es la que creemos perteneció al emplazamiento de la civilización de Hyperborea. Estaba convencido de que todos los miembros de la comisión se quedarían de piedra, estupefactos, que aplaudirían nuestro descubrimiento. Nada más lejos de la realidad. Recibieron nuestras declaraciones con extrema frialdad y tacharon al Disco Draupnir de falsificación, lo mismo con los restos de la Quilla de Odín. Se negaron a dar por buenos los resultados de las pruebas de Carbono-14.

La versión oficial para rechazar nuestra solicitud ha sido que la propuesto no reunía los requisitos mínimos necesarios para optar a la partida de fondos. Lo curioso es que, repasando uno a uno los requisitos los cumplíamos escrupulosamente todos. Ya desde el principio detectamos una gran hostilidad, como si estuviéramos tocando un tema que incomodara a todos. De siempre he respetado y admirado a muchos de los colegas miembros de la comisión, por eso ha sido aún más dolorosa su actitud y falta de objetividad. Cuanto más pienso en ello, más claro tengo que por algún extraño motivo, no interesa que se profundice sobre la verdad de Hyperborea. De que alguien prefiere que siga manteniéndose como un mito, una leyenda, un cuento para niños, que una realidad histórica. Y la verdad, cuanto más pienso en ello, más me preocupan las implicaciones de estas conclusiones.

Portada de la edición impresa del periódico noruego Aftenpolten. Abajo, en el centro, destacan la noticia con el titular "¿Nueva civilización descubierta?
Por si el rechazo en la comisión no fuera suficiente, Olve, Geir y yo tenemos que hacer frente ahora a una campaña de difamación. Y lo más triste es que vemos que personas que considerábamos colegas, o incluso amigos, se han unido alegremente a ella. Hasta los medios se han hecho partícipes y ayer publicaron noticias sobre el rechazo que recibimos. Como esto es muy sangrante no voy a transcribir todas las noticias que se han publicado, pero os dejo la que salió en Aftenpolten para que os hagáis una idea. Tened en cuenta que este medio fue uno de los más suaves con nosotros. Os la paso en noruego y a continuación su traducción al español.

Noruego:
Ny sivilisasjon funnet?

Professor Jørgen Hågensen, en renommert forsker og arkeolog ved NTNU i Trondheim, avslører at han formelt har fått avslag på en forskningssøknad på 120 millioner kroner. Formålet med søknaden var å bevise at myten om Hyperborea er sann, og han håpet å utløse de omfattende midlene gjennom et spesialfond satt opp av Stortinget via Norges Forskningsråd. Den omstridte vitenskapsmannen møtte derimot sterk motbør i vitenskapelige kretser, og enkelte anonyme kilder har sågar kalt mannen spik spenna gærn.

Hågensen selv hevder å ha samlet nok bevis for den mytiske sivilisasjonen Hyperboreas eksistens, og sier at han til og med kan påvise den eksakte lokasjonen. «Hadde jeg fått disse midlene kunne alle mennesker nytt godt av den største arkeologiske sensasjonen i moderne tid. Det er klart jeg er forbannet» sier han.

Forskningsrådets spesialkonsulent Lars Meloni er forsiktig med å antyde innholdet i søknaden, men vedholder rådets beslutning, og sier at det aldri var mulig å gi han pengene. «Grunnlaget er dessverre syltynt, for å si det pent. Vi har strenge kriterier for hva som kan utløse disse midlene, og Hågensen var langt unna å oppfylle kravene»  

Så er virkelig myten om Hyperborea sann, eller er det bare en gal manns oppfinnelse? Hågensen hevder at han ikke vil la seg stoppe av dette, men det kan se ut som det spøker for hans spesielle prosjekt. 
Español:
¿Nueva civilización encontrada?
El profesor Jørgen Hågensen, científico y arqueólogo de renombre de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Trondheim, ha revelado que ha sido formalmente rechazado en su petición de investigación de 120 millones de coronas noruegas. El objetivo de su solicitud era demostrar que el mito de Hyperborea es real, y esperaba obtener los fondos necesarios a través de una partida especial establecida por el Parlamento, a través de Investigación Noruega. Sin embargo, el controvertido científico ha encontrado una fuerte oposición en los círculos científicos, y algunas fuentes anónimas lo han llegado a tachar de un loco obsesionado.
Hågensen afirma haber recogido suficientes evidencias de la civilización Hyperborea que demuestran su existencia, e incluso dice que puede determinar su localización exacta. "Si hubiese recibido esos fondos todo el mundo podría beneficiarse del mayor descubrimiento arqueológico de los tiempos modernos. Obviamente, estoy muy disgustado," declaró a Aftenpolten.
 El asesor especial de la Comisión de Investigación del Parlamento, Lars Meloni, se ha mostrado cauteloso de indicar los contenidos exactos de la solicitud, pero se reafirma en la decisión de la Comisión, alegando que nunca fue posible dar ese dinero al profesor Hågensen. "La base de la solicitud es desafortunadamente vaga, por decirlo amablemente. Tenemos un criterio muy estricto a la hora de valorar quienes pueden optar a estos fondos, y Hågensen se ha quedado muy lejos de poder cumplirlos."
¿Es el mito de Hyperborea real, o tan solo la invención de un hombre loco? Hågensen afirma que él y sus compañeros no se rendirán ni permitirán que este revés los detenga, aunque parece que ya nadie los vaya a tomar en serio dentro de la comunidad científica.
Como podéis imaginaros estoy viviendo unos momentos muy duros, de los peores en mi carrera, pero no me vendré abajo, ni me rendiré. Como científico que soy, tengo claro que las pruebas no pueden mentir. Hyperborea existió, lo sé muy bien. Decidimos no revelar las coordenadas de su localización y vamos a mantenerlo en secreto. Ahora nos toca buscar financiación de capital privado. Vamos a estudiar todas las opciones posibles. Sabemos que en este mundo todavía queda gente con la mente abierta y dispuesta a invertir en proyectos que puedan revolucionar a toda la humanidad. Sí, a pesar de saber que contamos con la oposición de ciertos sectores determinados a enterrar Hyperborea. Os aseguro que no se saldrán con la suya.

Quiero agradeceros de nuevo todas vuestras muestras de apoyo, tanto públicas, como todos los mensajes privados que me habéis enviado en estos dos días. El jueves, por un instante pensé en tirar la toalla, en olvidarme de todo este asunto. Pero vuestro apoyo me hizo reaccionar y quitármelo de la cabeza. Con vosotros, sé que siempre tendré unas manos que me empujen hacia adelante. Juntos lo conseguiremos, lograremos que Hyperborea vea la luz. ¡Gracias!

Afectuosamente,

Jørgen Hågensen
 
 
 



martes, 12 de junio de 2012

La hora de la verdad

Queridos seguidores de Hyperborea Existe. Tras tantos años trabajando, y tres desde que decidí abrir una ventana al mundo sobre mis investigaciones y pasión, por fin ha llegado el momento. Este jueves tengo mi citación ante la Comisión de Ciencia e Investigación del Parlamento Noruego en Oslo, para presentar mi trabajo. Durante mi comparecencia, presentaré todas las pruebas irrefutables que hemos reunido a lo largo de estos ya, más de diez años.

Representación gráfica de la runa gar, la runa de Odín. Este símbolo ha sido una constante en mis investigaciones sobre la civilización de Hyperborea.
Para vosotros solo han sido más de tres años siguiéndome, pero para Olve, Geir y para mí, ha sido casi toda nuestra vida consagrada en esta investigación. Creo fervientemente y objetivamente en la veracidad de las pruebas y las conclusiones de nuestro trabajo. Así espero hacerlo entender al Parlamento Noruego para conseguir así los fondos que necesitamos para dar el último paso de esta fase. Puedo deciros que en este momento estamos convencidos, no solo de que realmente existió la mítica civilización de Hyperborea, sino que sabemos cual fue su localización exacta. Con los fondos que vamos a solicitar no solo podremos llegar a ella, sino que podremos iniciar toda una ambiciosa campaña de prospecciones submarinas que nos permitirán desentrañar uno de los mayores misterios de la humanidad.

Son muchas las incógnitas, pero sabemos que la verdad está ahí, esperándonos, en las ruinas de Hyperborea, bajo las aguas del Atlántico. Sé que a la comunidad científica y a la sociedad le va a costar entender el alcance de este hallazgo. Entiendo que habrá mucha gente que nos repudiará, que nos tachará de locos. Ya estamos acostumbrados. Pero nos respaldan pruebas y verdades científicas. Datos cuantificables imposibles de alterar. Os aseguro que no nos rendiremos, que no me rendiré. La humanidad necesita saber que pasó con su primera civilización avanzada. ¿Cuál fue el motivo de su desaparición? ¿Fueron los causantes de la desaparición de los Neanderthales? ¿Es el humano moderno descendiente de la unión entre los homo sapiens y los hyperboreos? ¿Qué tipo de cataclismo o calamidad pudo acabar con su civilización? Si consigo los medios que voy a solicitar, espero poder contestaros a estas y a muchas más cuestiones.

Antes de dar este paso trascendental quería agradeceros de nuevo todo vuestro apoyo. A todos vosotros. Desde los que venís siguiendo Hyperborea Existe desde el principio, como los que os acabáis de unir. El otro día comentaba con un amigo español que se dedica a la comunicación online, que era increíble lo que Internet permitía hoy en día. Unir a millones de desconocidos de todo el mundo tan solo escribiendo. Os puedo decir con total firmeza que el jueves no estaré solo ante el Parlamento Noruego, estaréis todos conmigo en cada palabra, en cada prueba presentada. No os fallaré. El mundo sabrá, de una forma u otra, que Hyperborea existió realmente.

Un abrazo afectuoso,

Jorgen Hågensen

viernes, 25 de mayo de 2012

Toda historia tiene un principio (X)

Saludos queridos seguidores de Hyperborea Existe. Regreso con vosotros para traeros el último capítulo de  'Toda historia tiene un principio'. En mi última entrada lo dejé justo cuando recuperamos al Barracuda 1 con el Disco Draupnir.

He de confesaros que el viaje de vuelta fue una pesadilla, debido al mal tiempo. Tal como recuperamos el Disco Draupnir tuvimos que introducirlo en una solución acuosa para que se mantuviera en las mismas condiciones que en la cueva Niflheim. El barco daba bandazos cada vez que una de las olas impactaba en él. Hubo momentos de mucha tensión a bordo, ya que en más de una ocasión creímos que nuestro viaje podría terminar en tragedia.

Representación del Anillo Draupnir de la mitología nórdica.
Tras varios días por fin pudimos llegar a puerto de una pieza y, más importante, con nuestro particular tesoro arqueológico en buen estado. Lo que no podíamos imaginar es que nuestro regreso iba a ser más tormentoso que el viaje de vuelta en el Ice Dawn. Debido a nuestro trabajo de recuperación del Disco Draupnir nos habíamos retrasado dos días en el programa. Nuestros superiores en el NTNU habían montado en cólera, ya que habían asegurado nuestra presencia en otro proyecto y no habíamos podido acudir. Me encantaría poder deciros que cuando les explicamos nuestro hallazgo enmudecieron y nos centraron toda su atención y recursos. Pero no fue así. Olve, Geir y yo recibimos una amonestación formal, con la amenaza de ser expulsados de la institución ante cualquier futura infracción. Se había creado un fuerte recelo hacia nosotros por parte de nuestros superiores y colegas, es por ello que hicieron todo lo posible para dejarnos de lado por no haber seguido a rajatabla el protocolo. Y ya podéis imaginar cual era la forma más directa de atacarnos, ignorando e intentando ningunear nuestra investigación del Disco Draupnir y la Quilla de Odín.

Os estaréis preguntando que pasó con el Disco Draupnir. Desde el momento que fuimos amonestados nos cargaron con todo tipo de tareas burocráticas y de papeleo para no dejarnos tiempo de investigación. Aún así, logramos sacar tiempo para estudiarlo a costa de sacrificar las pocas horas de sueño que teníamos. Fue un proceso largo y muy tedioso. Pero aún contábamos con algunos amigos que accedieron a ayudarnos. Lo que ahora llamamos Disco Draupnir, en ese entonces era una superficie rocosa en muy mal estado. Hubo que realizar muchos procesos químicos y de restauración física para poder lograr limpiar todos los sedimentos adheridos y sacar a la luz el artefacto que escondía.

No puedo describir lo que sentimos el día que por fin logramos ver realmente como era nuestro gran tesoro, dos años después desde que lo recuperáramos del fondo marino en la cueva de Niflheim. Creo que fue lo mismo que experimentaron los primeros arqueólogos con las pirámides egipcias y sus jeroglíficos. Teníamos ante nosotros lo que en su día fue un bello y refinado disco de metal azulado ornamentado con una serie de símbolos, runas muy antiguas, que no podíamos reconocer. Pero lo más sorprendente, es que no era una pieza fija única. Tenía varios círculos en su interior que daban la sensación de poder moverse para formar nuevos símbolos. El nivel de ese trabajo era algo impensable, aún en nuestros tiempos. Había runas talladas a nivel microscópico. Cada círculo interior era aún más pequeño y refinado que su anterior. Restaurarlo iba a ser una labor titánica, por no decir imposible. Sin duda se trataba de uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia. No hace falta que os diga cuales fueron los resultados de las pruebas de Carbono-14, idénticos a los de los fragmentos de la Quilla de Odín. ¡Se salían de rango!

CGI (Imagen Generada por Ordenador) ampliada de los círculos interiores del Disco Draupnir. Esta fue una de las primeras capturas que hicimos del disco. Ya en esta fase inicial de la restauración se podían vislumbrar parte de los símbolos.
Diréis que lo normal habría sido compartir con toda la comunidad académica nuestro descubrimiento, solicitar fondos de investigación y revelar a todo el mundo lo que habíamos encontrado. Pero nuestra posición era muy precaria. Teníamos mucho miedo de un nuevo rechazo y de que nos secuestraran la investigación. Es por ello que decidimos tomar el camino más largo, el más paciente, pero también el que nos pudiera dar unos resultados definitivos e irrefutables una vez recorrido. Sabíamos que teníamos un artefacto único, pero desconocíamos todavía su procedencia, su finalidad, no comprendíamos sus símbolos ni como funcionaba. Tampoco teníamos datos de la Quilla de Odín ni del pecio al que pertenecía, ni quien había podido construirlo. Es por ello que decidimos ocultar todo nuestro trabajo, simular que seguíamos con nuestro trabajo rutinario e ir investigando en nuestros tiempos libres de forma no oficial. De esta forma esperábamos volver a recuperar la confianza de nuestros colegas y superiores. Por no hablar de tener la esperanza de discernir que se escondía tras el misterio de nuestros hallazgos.

Durante todos estos años, reservábamos tiempo en verano para realizar nuevas inmersiones por la zona. Así es como finalmente fuimos acercándonos a la zona de la isla de Jan Mayen. Habíamos realizado simulaciones de las corrientes marinas de hace 60.000 años. Todas las simulaciones nos llevaban a ese sector del océano atlántico. Pero no era suficiente. Necesitábamos encontrar más piezas del puzzle. No puedo recordar todas las horas que pasé estudiando los símbolos del Disco Draupnir. Todo me decía que era un sistema rúnico mucho más anterior a todo lo que hubiese visto hasta entonces. Un sistema compuesto, ya que al mover los diferentes discos interiores, se podían formar diferentes signos. Pero desconocía cual era la combinación buena, la real. La cosa es que tras varios meses probando diferentes combinaciones hubo una en la que pude ver un símbolo que me resultaba familiar. Se trataba de una especie de equis con dos rombos laterales.  Era demasiada coincidencia. Existía el registro de una runa compuesta idéntica que recibía el nombre de 'gar'. La runa gar significa 'lanza' y se la conoce por algunos expertos en escrituras rúnicas como la runa del dios Odín. He de confesaros que desde entonces, he estado obsesionado con ella y las posibles implicaciones de encontrarse en un artefacto así. Pero todavía es pronto para hacer ninguna elucubración al respecto.

Runa gar. Es una runa compuesta y significa lanza. Para muchos está considerada como el símbolo del dios nórdico Odín.
Este hallazgo me animó a no rendirme pero fue solo un oasis en un desierto de incertidumbres, puesto que seguía sin saber el sentido que tenía, ni cual era la finalidad del Disco Draupnir. No fue hasta hace tres años que por fin empecé a intuir su finalidad. Había estado trabajando hasta tarde en la madrugada y me tumbé en la cama, tenía la televisión encendida y echaban un documental sobre los primeros navegantes españoles y portugueses. Y entonces, se prendió en mí una chispa. Y si el disco fuera algo más que un alfabeto rúnico como había creído hasta ese momento. Y si además fuera una especie de carta de navegación, como un sistema que indicara la posición de las estrellas, pensé. A medida que pasaban los días esta idea cobraba cada vez más sentido y fuerza. Olve y Geir opinaron lo mismo. Es más, llegaron a aventurar sobre la posibilidad de que incluso mostrara coordenadas de posición, como si de un gps arcaico se tratara. Pero esa posibilidad ya sobrepasaba cualquiera de nuestras expectativas más fantasiosas.

Aún con todo, seguíamos sin comprender el significado de las runas compuestas, salvo la runa de Odín. Nos faltaba algo, una guía que nos permitiera entender este lenguaje rúnico. Para que me entendáis, un equivalente a la piedra Roseta para los jeroglíficos egipcios. Y eso, precisamente fue lo que encontramos este verano en el fondo de la costa de la isla de Jan Mayen. La pieza que nos faltaba para comprender y descifrar el Disco Draupnir. Gracias a ella estos meses hemos podido estudiar completamente sus símbolos y establecer unas coordenadas. La dirección del lugar donde creemos que pudo situarse la base del pecio de la Quilla de Odín. Construido por una civilización anterior a todas las conocidas. Poseedora de unos conocimientos y tecnologías impensables para esa época y que aún hoy no hemos conseguido entender...

Piedra Roseta. Contiene un decreto del año 196 a.C. por sacerdotes egipcios escrito en griego y jeroglíficos egipcios.
Queridos amigos, seguidores de Hyperborea Existe, en pocas semanas se sabrá la verdad. Hemos recopilado toda la información, todas las pruebas que respaldan nuestra investigación. Vamos a presentarnos ante la comisión de ciencia del parlamento de Noruega para dar a conocer nuestro trabajo y conseguir la financiación que necesitamos. Con ella podremos realizar una expedición hacia las coordenadas que hemos determinado, situadas en un punto del océano Atlántico, y descubrir ahí los restos arqueológicos que pueda haber de la que fuera conocida por Hyperborea.

Con esto termino esta serie de entradas en el blog. Espero que las siguientes puedan estar dedicadas a nuestra presentación y al éxito de la misma. Vamos a necesitar todo el apoyo posible. Por delante queda la gloria de realizar el mayor descubrimiento arqueológico de la historia de la humanidad. Estad atentos, pronto, muy pronto, espero poder desvelaros a todos los secretos de la civilización de Hyperborea.

lunes, 14 de mayo de 2012

Toda historia tiene un principio (IX)

Dos semanas después, regreso con vosotros, seguidores de Hyperborea Existe para proseguir mi relato de 'Toda historia tiene un principio'. Han sido dos semanas muy intensas, queda muy poco para que hagamos nuestro movimiento final, depende tanto de ello, que estamos siendo muy minuciosos, no queremos dejar nada al azar. Esperamos poder convencer al gobierno para que nos den los fondos que necesitamos para refutar mi investigación.

Si hacéis memoria, lo había dejado tras hacer un descubrimiento que lo cambiaría todo, una especie de superficie circular en la cueva de Niflheim. Tras regresar el Barracuda 1 a bordo, nos tiramos toda la noche estudiando las imágenes y analizando el mejor acercamiento para poder recuperar el disco. Había que idear un sistema completamente seguro con el que poder izarlo con el Barracuda 1. Después de muchas horas de darle vueltas y hacer pruebas encontramos la solución que nos parecía más segura.

Brazos robóticos terminados en pinza similares a los que usamos con el Barracuda 1.
Habíamos colocado los dos brazos robóticos con pinzas al Barracuda 1 y construimos un arnés de cuerdas de nailon de tal forma que, con un poco de destreza, pudiéramos introducir el disco dentro, y luego cerrar las pinzas para fijarlo y asegurarlo. Según las pruebas que habíamos hecho cuando lo descubrimos, parecía más liviano de lo que creíamos, por lo que esperábamos que el Barracuda 1 pudiera ascender con él sin problemas. Ojo, eso si no encontrábamos complicaciones en forma de corrientes fuertes. La verdad es que los nervios iban cada vez a peor, ya que el pronóstico del tiempo estaba empeorando. Y perdimos toda la mañana en preparar al Barracuda 1 y organizar toda la inmersión, por lo que íbamos a tener que esperar hasta el día siguiente. Si a esto le sumamos la llamada de nuestro superior en el NTNU preguntando si ya estábamos de regreso, pregunta a la que tuvimos que responder con una mentira, pues ya podéis imaginaros cual era el estado de Olve, Geir y servidor.

Por fin llegó el momento óptimo, teníamos una ventana de trabajo muy corta, de tan solo siete horas antes de que nos alcanzara un frente tormentoso. El Barracuda 1 se sumergió grácilmente en el agua e inició su descenso a las profundidades, en busca de nuestro disco, la clave con la que esperábamos poder afianzar nuestras teorías sobre la naturaleza de la Quilla de Odín y del pecio al que pertenecía.

Se nos hizo eterno, como si los segundos fueran minutos, y los minutos horas. Parecía interminable el camino de nuestro robot submarino hasta la cueva de Niflheim. Al llegar todo estaba tal como lo habíamos dejado. Nos dirigimos directamente hacia el disco, seguía ahí, coronando el extraño montículo de roca, flora y crustáceos fosilizados. Olve manejaba diestramente los dos mandos de control del Barracuda 1. A él le iba a tocar la parte más complicada de la extracción. Tenía que conseguir levantar el disco con una de las pinzas, mientras que con el otro introducía parte del arnés, para luego hacer lo inverso con el otro brazo robótico. Existía un gran riesgo de que al levantar el disco este se deslizara del montículo y cayera, lo cual habría sido fatal. Estamos con los nervios de punta, se podía respirar la tensión del momento en el pequeño compartimento  del 'Ice Dawn' en el que nos encontrábamos.

Imagen de la cámara principal del Barracuda 1 justo antes de llegar al montículo del Disco de Draupnir. Utilizaba un sistema de demarcación láser para fijar su objetivo. 
Tras varios intentos, Olve logró introducir bien el disco dentro del arnés de seguridad, fijó los seguros con las pinzas y las retrajo para atraerlo hacía el Barracuda 1. Por un instante fue como si se detuviese el tiempo, pero al momento vimos como el disco se movía, como perezoso por no querer abandonar su hogar tras tanto tiempo ahí. Si el descenso se nos había hecho largo, no quiero contaros como fue el ascenso, un verdadero infierno, y más porque la tormenta ya estaba casi sobre nosotros. Temíamos que se pudiera soltar el cable y perder tanto el disco como al Barracuda 1.

La providencia, los antiguos dioses, el destino, o quizás todos ellos a la vez, quisieron que lográramos recuperar al Barracuda 1 y su preciada carga justo a tiempo. Ya que justo cuando lo izamos y colocamos en la pequeña bodega del 'Ice Dawn', se levantaron olas de tres a cuatro metros. Era el momento de regresar a base. El viaje de vuelta fue muy movido, pero para nosotros era como si estuviéramos en otro mundo. Los tres fascinados por nuestro hallazgo, por el que luego llamaríamos como el 'Disco Draupnir'.

Lo dejo aquí por ahora, prometo actualizar muy pronto con lo que descubrimos, aunque también con las malas noticias desde el NTNU que tuvimos. Ya queda menos amigos, pronto, la verdad sobre Hyperborea será revelada, os lo prometo. Gracias por vuestro apoyo, poder escribiros me sirve de terapia y me da fuerzas para dar los últimos pasos necesarios. ¡Hasta muy pronto!

martes, 1 de mayo de 2012

Toda historia tiene un principio (VIII)

Queridos seguidores de Hyperborea Existe, vuelvo a ponerme en contacto con vosotros para proseguir con mi crónica de 'Toda historia tiene un principio'. Tal como os adelanté en mi última entrada, tras el varapalo recibido en la Comisión de Expertos del NTNU, no nos quedó otra que pasar el resto del verano de 2000 dedicados a otros proyectos mientras esperábamos con ansias que llegara el mes de septiembre.

Cuando por fin llegó el momento de iniciar nuestra nueva expedición a la cueva de Niflheim tuvimos que hacer frente a varios retos. Primero el bajo presupuesto otorgado por el NTNU, que no nos daba mucho margen de maniobra. A pesar de ello, tiramos de contactos y favores personales y, finalmente, logramos zarpar con una embarcación mediana, el 'Ice Dawn'. Este viejo barco, había sido un pesquero que se había reconvertido para tareas de investigación. Aunque en principio solo nos habían autorizado y dado fondos para delimitar el perímetro del pecio, habíamos conseguido los medios para hacer algo más. A bordo llevábamos uno de los robots submarinos Barracuda de la Nordic Communications. Eso sí, esta vez adaptado perfectamente para la labor de recogida de muestras y exploración del terreno. Por lo que íbamos a intentar alargar nuestra estancia lo posible, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, para ver que podíamos conseguir.

Imagen de sonar de la zona de la fractura de Jan Mayen mostrando la  localización de la abertura de la cueva de Niflheim.
Tras varios días de travesía llegamos Olve, Geir y servidor, junto a la tripulación del 'Ice Dawn' a las coordenadas de la cueva de Niflheim. Las condiciones del tiempo no eran las mejores, por lo que nos pusimos manos a la obra. Lo primero fue delimitar todo el perímetro de la zona de la Cueva de Niflheim con el sonar. Esa región era conocida por formar parte de la famosa cresta de Jan Mayen, una isla situada 400km al norte y que como conté en anteriores entradas, luego sería uno de nuestros principales focos de trabajo de campo sobre esta investigación. Como podéis ver en la imagen la entrada de la cueva de Niflheim era un apertura alargada, como una grieta, en el lado de un montículo submarino, que hace mucho tiempo fue una chimenea volcánica.

Una vez tomadas las imágenes del perímetro, equipamos al Barracuda con el sonar e iniciamos la primera inmersión para regresar a la cueva de Niflheim. A primera vista parecía que todo estaba tal como lo habíamos dejado en nuestra anterior visita. Empezamos a tomar diferentes imágenes localizadas por cuadrantes de todo el fondo de la cueva y la parte donde estaba la que habíamos llamado como Quilla de Odín. Así nos tiramos toda la primera jornada de trabajo. Por la noche nos dedicamos a revisar todas las imágenes del sonar. En un primer análisis pudimos determinar que la Quilla de Odín no era más que la punta de un iceberg. La mayor parte de la estructura del pecio se encontraba bajo la superficie, protegida por capas de lodo, tierra y rocas. Esta conclusión fue desmoralizadora, ya que si ya de por sí esas condiciones habrían supuesto una compleja prospección arqueológica en la superficie, a esa profundidad hacía que el coste de recuperarlo fuera astronómico, fuera de nuestro alcance.

Ya casi habíamos terminado cuando Olve se fijó en una de las imágenes de otra zona de la cueva, la más apartada de la Quilla de Odín. Había una especie de montículo, de protuberancia muy extraña y que parecía fuera de lugar, pero a la vez no nos dio la impresión de poder pertenecer a la estructura del pecio. La imagen del sonar no era nada clara, pero parecía una especie de superficie circular de un metro de diámetro. ¿Estábamos ante un objeto del pecio o algún extraño artefacto de su carga?

Abajo, izquierda. Imagen de sonar del extraño disco que encontramos en la cueva de Niflheim.
Aunque habíamos planeado usar al Barracuda para extraer un fragmento grande de la Quilla de Odín, decidimos darle prioridad a nuestro nuevo descubrimiento. Al día siguiente, preparamos adecuadamente al Barracuda y miramos ansiosos como iba descendiendo lentamente por las profundidades hasta llegar a la cueva de Niflheim. Nuestro robot iba equipado con dos brazos y una pala grande. En uno de los brazos llevaba una pinza de sujeción y en el otro una sierra para cortar roca. Cuando el Barracuda se acercó pudimos verlo mejor, era una superficie circular que destacaba del fondo marino. Al acercarse el robot, se levantó mucho polvo y pudimos ver las incrustaciones de rocas, flora y crustáceos por toda su superficie.

Al extender la pinza pudimos comprobar como la parte superior se estremecía con el contacto. No se trataba de un cubo, sino de una especie de disco suelto. Parecía más liviano de lo que habíamos pensado al principio, ya que se movía levemente con cada contacto de la pinza. Finalmente, tanteamos todo su perímetro y fuimos haciendo incisiones en la roca para intentar separarlo de ella. Ahí estaba lo que habíamos estado buscando, un objeto que podría ser la clave que demostrara que nuestra investigación tenía sentido y no perseguíamos fantasmas. Pero el Barracuda no estaba preparado para poder cargar con el disco, temíamos que su pinza no fuera suficiente para realizar un ascenso seguro. Íbamos a tener que pensar en otra forma de alzarlo a la superficie...

Hasta aquí lo dejo queridos seguidores de Hyperborea Existe, espero proseguir con mi crónica muy pronto. Ya cada vez quedan menos piezas por descubrir para recomponer este rompecabezas que supone el mito de Hyperborea. Estoy convencido de que pronto podremos descubrir la verdad tras el mito y revelar al mundo que la civilización Hyperborea existió. Muchas gracias por vuestro apoyo continuado..

lunes, 16 de abril de 2012

Toda historia tiene un principio (VII)

Queridos seguidores de Hyperborea Existe prosigo con la crónica de 'Toda historia tiene un principio'. En mi última entrada os desvelé el resultado de la prueba de Carbono-14 que realizamos a las muestras tomadas a la Quilla de Odín, en la cueva de Niflheim. Se repitieron tres veces las pruebas, y todas eran concluyentes, las muestras reflejaban una antigüedad cercana o superior a los 60.000 años. Estábamos ante un dilema nunca antes planteado: Eran los restos arqueológicos avanzados más antiguos jamás encontrado, o las muestras habían sufrido algún tipo de contaminación, que no lográbamos detectar, y por ello mostraban un resultado alterado y casi imposible.

Era evidente que este enigma nos superaba, así que con toda la documentación solicitamos que se convocara una reunión urgente de la Comisión de Expertos del NTNU para valorarlo. En ella defendimos arduamente nuestro trabajo, los procedimientos y la veracidad de las muestras. Había voces suspicaces que decían que nos habíamos inventado todo para conseguir atención mediática. Por suerte para nosotros, contamos con el testimonio del personal de la Nordic Communications, que estuvieron a bordo con nosotros en el Blue Sea cuando encontramos la cueva de Nifllheim.

Foto que tomé a varios de los expertos del NTNU durante la comisión de investigación sobre  las muestras encontradas en la cueva de Niflheim.
Me gustaría deciros que fue un éxito, que convencimos a todos nuestros colegas y se aprobó un proyecto para ir a recuperar ese yacimiento. Pero el rechazo y la hostilidad fueron totales, nadie daba crédito a los resultados del Carbono-14, su veracidad implicaba una realidad que iba en contra de todo lo establecido por la historia, y  nadie quería saltar a los medios siendo tachado de loco visionario. Aún así, logramos hacer entender la importancia de un hallazgo de ese tipo, fuera de hace 60.000 años o de solo 1.000. Por lo que tras muchas negociaciones, el NTNU autorizó una pequeña partida de presupuesto para volver a la cueva de Nifleim.

Lamentablemente, lo único que nos iban a permitir es recoger algunas muestras más y establecer un perímetro de todo el yacimiento, para determinar su envergadura total. Nos autorizaron a llevar un sonar submarino con el que poder establecer la estructura del supuesto pecio bajo la superficie. Olve, Geir y yo salimos de la reunión fatigados y con un sabor agridulce. Aún con todo, estábamos esperanzados por tener una nueva oportunidad para regresar. Teníamos la firme convicción de que encontraríamos una prueba contundente que respaldara nuestra tesis.

A pesar de que nosotros queríamos partir de inmediato, no autorizaron nuestra alocada expedición hasta septiembre de 2.000, ya que teníamos varios compromisos que no podíamos omitir. Así que durante el mes y pico que tuvimos que esperar, aproveché todo hueco libre para investigar e intentar determinar a quién podía pertenecer un pecio así. De esta forma, fue como volví a reencontrarme con las historias que me habían contado de pequeño de la civilización Hyperborea. Según leía más sobre los mitos y leyendas alrededor de esta civilización, de todas las fuentes, desde griegas a chinas. Más me convencía de que quizás había algo de verdad tras la leyenda. Todo parecía encajar, el periodo de tiempo, la situación aproximada. Sabía que mis colegas me tacharían de loco, así que me reservé mis conclusiones. Pero cada vez tenía más claro de que quizás, la Quilla de Odín, no era otra cosa que los restos de una embarcación Hyperborea.

Uno de los muchos mapas antiguos en los que aparece Hyperborea, en este se creía que se encontraba en la actual Rusia. La versión más generalizada entre las civilizaciones antiguas es que se encontraba en una isla al norte o noroeste de Europa.
Hasta que no volviéramos a la cueva de Niflheim no podría tener más certezas, me tocó ser muy paciente y combatir la impaciencia y la emoción de estar ante el que podría ser el mayor descubrimiento arqueológico de la humanidad.

Hasta aquí llego por hoy queridos seguidores de Hyperborea Existe. Espero proseguir esta crónica muy pronto, ya que es mi deseo poder concluirla antes de presentar toda mi investigación. Como siempre, gracias por vuestro apoyo continuado. 

domingo, 8 de abril de 2012

Toda historia tiene un principio (VI)

Ha pasado ya un buen tiempo desde mi última actualización. Sé que no hay excusa por teneros en vilo tanto tiempo, pero las cosas se han precipitado en las últimas semanas. Parece que mayo será el mes que tanto tiempo llevamos esperando, el momento en el que podremos presentar nuestra investigación y solicitar fondos para completarla. La fecha final aún no está cerrada, pero en cuanto la sepa me encargaré de compartirla con todos vosotros. Una vez que hayamos presentado nuestro trabajo, con todas las pruebas que hemos reunido en todos estos años, por fin podré compartirlo todo con vosotros y haceros partícipes de nuestro descubrimiento completo. Pero antes que eso, quiero proseguir con la historia que dio inicio a todo.

Edificio principal del complejo del NTNU
Como os relaté en la anterior entrada de Hyperborea Existe, el 12 de julio de 2000 regresamos de nuestra expedición con la Nordic Communications. Lo hicimos en un vuelo que tomamos en Islandia, ya que el Blue Sea, se iba a quedar ahí dos semanas por mantenimiento. Cuando llegamos al NTNU (Norwegian University of Science and Technology) en Trondheim, llevábamos con nosotros los restos que habíamos recuperado debidamente sellados para evitar cualquier contaminación ambiental. Como ya dije, a bordo del Blue Sea solo contábamos con un pequeño microscopio con el que poco pudimos determinar. Esperábamos que nuestros compañeros especialistas en el NTNU fueran capaces de encontrar algo que nos diera una pista de que tipo de pecio se trataba y su antigüedad.

En concreto teníamos dos muestras, una de un extraño metal y la otra de una especie de madera reforzada que nunca habíamos visto, ambos con roca y material fosilizado. Teníamos la esperanza de encontrar algún elemento orgánico fosilizado que nos permitiera realizar la prueba del Carbono-14 para realizar una datación de los restos. Para los que no lo sepáis, existen dos métodos principales para intentar determinar la antigüedad de algo, la prueba del Carbono-14, que solo se puede realizar con compuestos orgánicos y la de Potasio-Argón que, lamentablemente, solo se puede utilizar donde haya habido una erupción volcánica.

El laboratorio del NTNU se puso a trabajar con el fragmento de madera que les llevamos. Primero había que tratarlo. Debéis saber que el proceso de trabajo es muy complejo y laborioso, ya que hay que evitar en todo momento la contaminación del mismo. El más mínimo error podría alterar el resultado de las pruebas de Carbono-14, invalidándolas. Es por ello, que pusimos especial atención y cuidado en seguir todos los protocolos y asegurarnos de que la muestra llegaba completamente íntegra e inalterada al momento de realizar la datación por Carbono-14.

Para los que no sepáis en que consiste miraré os dejo aquí la descripción disponible en Wikipedia:

El método de datación por radiocarbono es la técnica basada en isótopos más fiable para conocer la edad de muestras orgánicas de menos de 60.000 años. Está basado en la ley de decaimiento exponencial de los isótopos radiactivos. El isótopo carbono-14 (14C) es producido de forma continua en la atmósfera como consecuencia del bombardeo de átomos de nitrógeno por neutrones cósmicos. Este isótopo creado es inestable, por lo que, espontáneamente, se transmuta en nitrógeno-14 (14N). Estos procesos de generación-degradación de 14C se encuentran prácticamente equilibrados, de manera que el isótopo se encuentra homogéneamente mezclado con los átomos no radiactivos en el dióxido de carbono de la atmósfera. El proceso de fotosíntesis incorpora el átomo radiactivo en las plantas, de manera que la proporción 14C/12C en éstas es similar a la atmosférica. Los animales incorporan, por ingestión, el carbono de las plantas. Ahora bien, tras la muerte de un organismo vivo no se incorporan nuevos átomos de 14C a los tejidos, y la concentración del isótopo va decreciendo conforme va transformándose en 14N por decaimiento radiactivo.
Infografía que explica el proceso de datación por Carbono-14.
La masa en isótopo 14C de cualquier espécimen disminuye a un ritmo exponencial, que es conocido: a los 5.730 años de la muerte de un ser vivo la cantidad de 14C en sus restos se ha reducido a la mitad. Así pues, al medir la cantidad de radiactividaden una muestra de origen orgánico, se calcula la cantidad de 14C que aún queda en el material. Así puede ser datado el momento de la muerte del organismo correspondiente. Es lo que se conoce como "edad radiocarbónica" o de 14C, y se expresa enaños BP (Before Present). Esta escala equivale a los años transcurridos desde la muerte del ejemplar hasta el año 1950 de nuestro calendario. Se elige esta fecha por convenio y porque en la segunda mitad del siglo XX los ensayos nucleares provocaron severas anomalías en las curvas de concentración relativa de los isótopos radiactivos en la atmósfera.
Al comparar las concentraciones teóricas de 14C con las de muestras de maderas de edades conocidas mediante dendrocronología, se descubrió que existían diferencias con los resultados esperados. Esas diferencias se deben a que la concentración de carbono radiactivo en la atmósfera también ha variado respecto al tiempo. Hoy se conoce con suficiente precisión (un margen de error de entre 1 y 10 años) la evolución de la concentración de 14C en los últimos 15.000 años, por lo que puede corregirse esa estimación de edad comparándolo con curvas obtenidas mediante interpolación de datos conocidos. La edad así hallada se denomina "edad calibrada" y se expresa en años Cal BP.
Mientras esperamos a que estuvieran listos los resultados estuvimos centrados en la muestra de metal que extrajimos. Sin duda estábamos ante una aleación que nunca habíamos visto en ningún pecio ni yacimiento. Llamamos a varios colegas expertos en metales y coincidieron con nosotros, no era nada visto hasta la fecha. Íbamos a necesitar hacer más pruebas con un espectrómetro de masas para determinar su composición exacta. Lo que estaba claro es que era un metal duradero y resistente. La verdad es que cuanto más intentábamos profundizar sobre los restos más confundidos estábamos. Por un lado estábamos convencidos de que debía tener una gran antigüedad, entre mil y dos mil años. Por el otro, el metal era demasiado complejo, era imposible que se hubiera trabajado con la tecnología existente hace dos mil años. Ni siquiera con la de hace unos pocos siglos. Ya no sabíamos que pensar, si estábamos frente a un antiguo drakkar vikingo, o bien ante un resto mucho más moderno que nos hubiese engañado por completo.

Carrusel de muestras para la datación por Carbono-14.
Creíamos que el enigma se resolvería con los resultados de la datación por Carbono-14, pero cuando nos los dieron, todo fue una locura. Como ya os he puesto en la descripción de este procedimiento, con el Carbono-14 se puede determinar la antigüedad de una sustancia orgánica de hasta 60.000 años, con un rango de error determinado y que puede ser compensado. Bien, el problema de los resultados obtenidos era que la muestra presentada indicaba tener una antigüedad cercana a los 60.000 años. Estaba en el límite del rango analizable. Pedimos que nos repitieran la prueba, pero nos confirmaron que ya lo habían hecho tres veces. No había error.

¿Nos encontrábamos ante uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia, por las implicaciones que tenía? ¿O no era más que un error o una broma pesada? Lo que teníamos claro es que nuestros superiores en el NTNU iban a ser extremadamente escépticos... Pero esa parte la compartiré con vosotros en la próxima actualización, que será muy pronto.

Muchas gracias por vuestro apoyo continuado, cada vez está más cerca la revelación de la verdad. Tan solo os pido un poco más de paciencia. En cuanto llegue el momento estaré encantado de compartir con vosotros todo mi material. Hasta pronto seguidores de Hyperborea Existe.

jueves, 23 de febrero de 2012

Toda historia tiene un principio (V)

Casi un mes después de mi última actualización vuelvo con vosotros para proseguir la crónica de 'Toda historia tiene un principio. Como ya os podéis imaginar seguimos enfrascados en la recopilación de datos para el proyecto. ¡Ya queda menos! Estoy pendiente también de conseguir cita para ir a la comisión de Ciencia e Investigación del Parlamento de Noruega. Ahí queremos presentar el resultado de nuestro trabajo y conseguir el apoyo económico e institucional que nos falta para poder dar el último paso. El que tantos años hemos soñado con dar...

Esponja marina en la Cueva de Niflheim, cerca de la Quilla de Odín.
Pero antes que eso, hay que proseguir con la historia que empezó toda esta aventura. Tras nuestro hallazgo inicial logramos paralizar el proyecto de la Nordic Communications para poder documentar todo lo posible el sitio de los restos. Habríamos querido quedarnos más tiempo, pero la compañía presionó para que siguiéramos con la ruta prevista y se marcara la cueva de Niflheim para evitarla cuando colocaran el cable submarino. Todos nuestros intentos de convencer al NTNU de que ese hallazgo era de gran importancia cayeron en saco roto. Nos ordenaron terminar el proyecto de la Nordic Communications y, en todo caso, a nuestro regreso se estudiarían todas las muestras y datos para determinar la viabilidad de una expedición para estudiar los restos.

Antes de abandonar la zona, logramos recuperar pequeños fragmentos de la que empezamos a llamar la Quilla de Odín. A bordo no contábamos con el material adecuado, tan solo un pequeño microscopio, pero las primeras observaciones despertaron nuestra imaginación. Aún no sabíamos que antigüedad podían tener, pero parecía ser muy, muy antigua. Además, no logramos determinar su composición química, parecía una extraña mezcla entre un metal, que no supimos reconocer, y madera reforzada, de una forma que nunca habíamos visto antes.

A bordo tan solo contábamos con un microscopio básico para examinar las muestras recuperadas de la Cueva de Niflheim.
No puedo describiros la sensación de frustración que tuvimos Olve, Geir y yo por tener que abandonar ese hallazgo. Al haber empezado a trabajar en él lo habíamos expuesto a las condiciones cambiantes del océano y aunque regresáramos, nada nos aseguraba que no se hubiesen deteriorado los restos. Pero no había otra, tuvimos que armarnos de paciencia, proseguir con las pruebas del cableado y esperar a regresar al NTNU donde examinar con mejores equipos las muestras, sobre todo poder hacer la prueba del Carbono 14, para determinar su antigüedad.

No regresamos hasta el 12 de julio de 2000, más de un mes después de haber partido. Volvimos con la emoción de poder investigar de verdad nuestro gran descubrimiento. Nadie nos podría haber dicho que las pruebas del Carbono 14 nos dirían lo que nos dijeron...

Eso es todo por hoy, otro día proseguiré con esta crónica, hay mucho que hacer. Como siempre agradeceros a todos por vuestro apoyo y fidelidad.

jueves, 19 de enero de 2012

Toda historia tiene un principio (IV)

Sigo vivo, sí, reconozco que he tenido que dejar descuidado el blog durante varios meses, pero os aseguro que ha sido por un buen motivo. La campaña veraniega de 2011 ha superado todas nuestras expectativas. Nuestras inmersiones cerca de Jan Mayen sacaron a la luz datos y muestras que han reforzado aún más nuestras sospechas. Durante los meses siguientes hemos tenido que encerrarnos para recopilar todos los datos, información y restos para preparar nuestro informe. Esperamos poder presentarlo ante la comisión de ciencia y tecnología del parlamento de Noruega en unos meses. Si conseguimos convencerlos y obtener los fondos económicos que necesitamos, podremos demostrar por fin lo que hemos estado soñando todos desde hace tantos años: La civilización Hyperborea existió.

Pero no podemos correr, hay que atar todos los cabos para presentar el proyecto lo más sólido posible. Os pido paciencia. Hasta que no hayamos presentado nuestro trabajo no voy a poder desvelaros nada concreto aquí. Aunque lo que sí que quiero hacer es proseguir con mi crónica de como empezó esta aventura, retomando el último capítulo que escribí en mayo de 2011.

Os pongo en antecedentes, estaba enrolado junto con mis colegas Geir Grønvoll y Olve Raaen en una expedición para supervisar el despliegue de un cableado submarino para la empresa Nordic Communications. En una de las inmersiones de uno de nuestros drones submarinos, el Barracuda 1, encontró algo en una misteriosa cueva submarina...

Fumarola volcánica situada cerca de la entrada a la cueva de Niflheim. 
El Barracuda 1 removió la arena del fondo de la cueva y dejó entrever algo que nuestros ojos no pudieron dar crédito. Olve, Geir y yo nos miramos estupefactos, creyendo estar bajo los efectos de una alucinación. Efectivamente, estábamos viendo sobresalir del fondo marino una especie de estructura alargada, que era imposible que fuera de origen natural. Evidentemente, dimos la voz de alarma y nos pusimos en contacto con la Nordic Communications y el NTNU. Las imágenes que enviamos eran pruebas irrefutables de que habíamos encontrado un hallazgo arqueológico submarino que no solo merecía desviar el cableado sino abrir una investigación propia.

Estaba claro que no íbamos a recibir una respuesta inmediata, pero conseguimos paralizar el proyecto durante una semana para poder recabar toda la información posible y, de ser posible, recuperar alguna muestra con los Barracuda. Nuestros robots submarinos no estaban equipados exactamente para ese tipo de trabajo, pero Olve logró adaptar sus pinzas para poder agarrar objetos y aligeró la estructura lo suficiente para poder cargar con material de vuelta a la superficie.

Render de un Drakkar vikingo.
Los primeros días nos dedicamos a establecer un perímetro de trabajo para ir limpiando de arena el fondo alrededor de la estructura para poder delimitar mejor su alcance y tamaño. Al cuarto día de trabajo fue evidente que nos encontrábamos con algo muy parecido a la quilla de un barco. Usando la imaginación nos recordaba a la de un barco Drakkar vikingo, aunque salvando las diferencias, ya que esto parecía algo mucho más diferente y, lo más sorprendente, antiguo. Aunque hasta que no hiciéramos las pruebas del Carbono 14 no  íbamos a poder determinar su antigüedad real. En ese momento, no podíamos ni siquiera imaginar lo que descubriríamos...

Ilustración de un Drakkar vikingo
Finalizo aquí este capítulo de mi crónica de Toda historia tiene un principio. Espero poder compartir con vosotros el siguiente muy pronto. Las cosas se están precipitando ahora pero la parte más dura de trabajo ya se ha completado. Estoy agotado pero muy ilusionado. Siento nervios en el estómago al pensar que cada vez está más cerca el día en el que pueda presentar el resultado de mi mayor trabajo e investigación tras cerca de doce años de esfuerzos. ¿Será aceptada? ¿Creará un terremoto en los estamentos de la arqueología? ¿Me tacharán de loco? 

Habrá que esperar para conocer la respuesta de esas preguntas. Hasta entonces, agradeceros como siempre vuestro constante apoyo seguidores de Hyperborea Existe. Ya sois más de seiscientos los que me seguís en Facebook. Un abrazo.