lunes, 1 de marzo de 2010

Historia de la Mitología Nórdica IX: Freyr y la giganta Gerd

Queridos seguidores de 'Hyperborea Existe', de nuevo me reúno con vosotros para proseguir esta lección básica de historia de la mitología nórdica. En esta ocasión quiero dedicar la actualización por completo al relato de Freyr y la giganta Gerd que, a buen seguro, encontráis tan interesante como yo.

La historia de Freyr, Gerd y Skirnir se relata en el poema Skirnismal que encontramos en la Edda. Snorri Sturluson narra una versión más corta e idealizada en la Gylfaginning. El relato comienza en Asgard. Freyr, dios de las riquezas y la fertilidad, descansa en Hlidskialf, la casa de Odín, desde donde contempla los demás mundos del universo. Contemplando el de los gigantes atisba a Gerd, una bella giganta, en el patio de la propiedad de su padre, y se enamora al instante de ella. Freyr suspira por su amor.



Jabalí y lobo. de Friedrich Gauermann (1807-1862). En la mitología nórdica, muchos dioses se asocian a animales. El carro de Freyr está tirado por dos jabalíes: Gullinbursti, cuyo pelo brilla en la oscuridad, y Slidrugtanni. En la batalla, los guerreros consagrados al culto del jabalí luchaban en formación de cuña con sus dos paladines al frente formando el rani (hocico).

Envían al sirviente de Freyr, Skirnir, a preguntarle qué le ocurre. Freyr se lo explica, pero cree que su pasión está condenada a ser insatisfecha. Skirnir se ofrece a viajar a la tierra de los gigantes y a cortejar a Gerd en su nombre. Toma en préstamo la espada mágica de Freyr y su caballo. Tras salvar montañas y un anillo de fuego que rodea la tierra de los gigantes, llega a la casa de Gerd, pero se encuentra con el paso cortado por feroces perros guardianes. Gerd, sin embargo, decide recibirlo en su enramada.

Skirnir le comunica el amor de Freyr y le ofrece como incentivos manzanas doradas y a Draupnir, un anillo de oro mágico que se multiplica solo, pero Gerd posee todo el oro que necesita y rechaza los presentes. A continuación Skirnir la amenaza (y también a su padre, el gigante Gymir, si se atreviera a intervenir) con matarlos con la espada de Freyr, pero aún y así Gerd se resiste. Skirnir le describe con detalle las consecuencias de la maldición que hará caer sobre ella si insiste en rechazar el generoso ofrecimiento de amor de Freyr.

La maldición será grabada en runas en una 'vara de doma', y según sus términos Gerd será condenada a la muerte en vida en la tierra de los gigantes. Skirnir le describe su vida bajo la maldición como una burla de la que disfrutaría con los dioses si aceptara la mano de Freyr. Vivirá en la frontera de su mundo, igual que Heimdall, el vigilante de los dioses en Asgard; pero mientras Heimdall vigila su mundo para prevenir un ataque, Gerd será una prisionera. Estará siempre mirando al exterior, anhelando la huida que sólo puede traer la muerte.

Fro, estatua de la fertilidad, Suecia, s. XI. Los principales dioses nórdicos de la fertilidad eran Freyr (Fro) y su hermana Freya. Llegaron a Asgard con su padre tras la derrota de los Vanes por los Ases. Se dice que en el Ragnarök, Freyr será el primero en caer, pues concedió a Skirnir su espada mágica en agradecimiento por la ayuda prestada en su unión con Gerd.
Su única bebida será la orina de las cabras, una prescripción dura cuya severidad se agudizará por el recuerdo que le traerá de que los dioses extraen un hidromiel excelente de las ubres de la cabra Heidrun, que ramonea las hojas del árbol del mundo. En ese mundo de pesadilla, los demás verán a Gerd como un bicho raro, y si decide casarse, lo mejor a lo que puede aspirar es a un gigante de tres cabezas llamado Hrimgrimnir. Sus días se le harán eternos, y será incansablemente perseguida por los troles, que constituirán su única compañía. La asaltarán las lágrimas y el deseo se apoderará de ella con una fuerza incontrolable.

Gerd se derrumba sólo cuando Skirnir comienza a tallar las runas que convertirán ese terrorífico panorama en realidad. Accede a encontrarse con Freyr al cabo de nueve noches en Barri, un lugar descrito como una 'arboleda tranquila'. Skirnir regresa junto a Freyr con la noticia y el poema acaba con el dios quejándose por la demora que Gerd ha impuesto a su unión.

Aunque existen diferentes interpretaciones, tal vez la más acertada sea una lectura simbólica del mito de la fertilidad del campo, según la cual, Freyr, antes reconocido como dios de la fertilidad, representa el sol, y Gerd, la tierra sin fertilizar. Skirnir, sería el intermediario cuyo nombre significa 'el brillante', y representa los rayos del sol, que propician la germinación de la siembra.

Con esto llegamos al final de este capítulo dedicado a Freyr, para la próxima actualización de Hyperborea Existe introduciremos a Thor y su martillo, Mjölnir, así como su relación con los guerreros germánicos. Y tras este paso, pasaremos a centrarnos en el más largo de los mitos narrados en la Edda en prosa, el de la expedición de Thor a Utgard.

Como siempre agradeceros todo vuestro apoyo y que deis a conocer a vuestras amistades Hyperborea Existe, cada vez somos más, y a cada nuevo lector, más energías encuentro para proseguir con este proyecto.

¡Gracias por vuestro apoyo seguidores de Hyperborea Existe!

Nota. Parte de la información de esta serie de capítulos podréis encontrarla en el libro Mythology: Myths, Legends and Fantasies de Global Book Publishing, una gran obra para introduciros en la mitología en general de las culturas de todo el mundo.

1 comentario:

  1. Hola, soy nuevo aquí, encontré su blog curioseando por blogger y me ha parecido muy interesante así que quería aprovechar para saludar y animar a que se siga con él. Sobre este tema de Freyr y su deseo por Gerd...solo me queda claro que estos dioses eran un poco...cabr$$·$.

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